martes, 11 de diciembre de 2007

De fantasmas


Una risa que quién sabe de dónde si no hay nadie en un llano sin fin, es un fantasma. Un caballo galopando en una azotea es un fantasma. Un pozo brutal, en medio de una estancia barroca francesa es un fantasma. Un antiguo jeroglífico chino, que quiere decir “ay de mí”, en el dibujo de un niño peruano de hoy, es un fantasma. Si descubro sin esfuerzo el rostro de mi amada en medio de una inmensa multitud, mi amada es un fantasma, o yo soy un fantasma.

Ricardo Garibay

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